Capítulo 2: 7 Septiembre de 2010

Estoy volviendo del instituto, como cada tarde, con mi gorra puesta, con mi sudadera azul GAP, y con mis Vans negras. Con mi pelo rubio recojido en una coleta baja, y con la gorra que me tapa casi toda la cara. Se podría decir que las gorras han sido mis mejores amigas durante estos últimos 6 años, me han ayudado a pasar desapercibida. Me llamo Skylar, y tengo 14 años. Hace unos 6 años tuve un accidente de trafico, fue cuando veníamos a esta ciudad mis padres y yo, nos íbamos a mudar desde NashVille hasta Manhattan, y allí pasó, según lo que me contaron, estuve 8 meses en un coma profundo. Diría que lo pasé mal, pero no recuerdo nada. Y os preguntareis ¿Por que llevas las gorras tan bajas que te tapan la cara? Pues veréis, el primer día de instituto en Manhattan, fui sin gorra, iba normal vestida, pero sin gorras, pero los niños se rieron de mi porque llevaba una venda en la cara, ya que acababa de tener el accidente y me dieron puntos, y se rieron de mi, llegué llorando a mi casa, y desde ese día, no hay un solo día que no lleve mi gorras puestas. La cicatriz de los puntos, con el tiempo se ha ido borrando, y ya no se ve nada. Mi madre dice que soy muy guapa y que me quite las gorras, pero yo, obviamente, no voy a hacer eso, hace ya 6 años que estoy aquí, y creo que nadie a parte de mi padre y de mi madre me han visto sin ellas. No tengo amigas, bueno, tengo 1 amigo, pero es gay, a si que es algo así como una amiga, confío plenamente en el, y creo que nos llevamos tan bien por el simple echo de que nadie nos habla por ser diferentes al resto, aunque, estoy bien como estoy. Quiero mucho a mis padres, pero hay veces en las que no me entienden como creo que me tendrían que entender, y diréis, eso nos pasa a todas, pues no, no os pasa a todas, es como que el vinculo que tengo con mis padres es diferente al resto, ellos me quieren, lo se, y yo los quiero, también lo saben, pero falta algo, no se que es, pero a veces, hasta me he replanteado que soy adoptada, pero bueno, tengo una vida, que eso ya es mucho, y me conformo como soy.Llegué a mi edificio y entré saludando al recepcionista, igual que cada tarde. Llegué al ascensor y piqué a la planta 7, las puertas se cerraron, y el ascensor subió hasta la planta 7, y se abrieron nuevamente las puertas, fui hasta mi puerta, la 3, saqué la llave de mi mochila Eastpack azul celeste, y abrí la puerta de mi casa. Entré hasta el gran comedor y allí estaba mi madre viendo la TV, la novela, supuse, ya que a esta hora siempre la davan.


-Hola cariño- dijo mi madre.
-Hola mama- la saludé mientras iba en dirección a las escaleras, mi habitación estaba en la segunda planta.
-Recuerda que a las 5 vienen a pintar tu cuarto- dijo mi madre.
-Si- dijo yo, llegando arriba.


Llegué a la planta de arriba ye entré en la habitación que ponía "Skylar" con letras azules y blancas. Mi habitación era muy grande, mi madre había decidido pintarme la pared como si fuese un cielo azul, y yo accedí, me encantaba el cielo, y ver las estrellas por la noche, era algo que me volvía loca, y mi nombre acompaña, ya que Sky en ingles, significa cielo, no se si es una coincidencia, pero si lo es, me encanta mi nombre. Me entendí en mi amplia cama, y miré mi estantería, prácticamente vacía, solo estaban mis gorras sobre ellas, decidí guardarlas en una bolsa para que el pintor no las manchase. Así que abrí mi armario, y saqué una bolsa de plástico, y poco a poco guardé todas mis gorras en ella. Abrí la puerta de mi habitación y dejé la bolsa al lado, luego volví a entrar, y decidí llamar a Marco, mi único amigo, y cogí mi Blackberry mientras estaba estirada en mi cama, para marcar su numero.


-¿Si?- contestó el.
-Hola Marco- dije yo.
-Hola fea- me contestó.
-¿Donde estas?- pregunté.
-En el coche, de camino al Madisson- dijo.
-¿De camino al Madisson?- pregunté yo.
-Si- dijo el -Hoy mis padres tienen un concierto y me han obligado a ir- dijo el.
-Jo...- dije -¿Mañana después del insti quedamos?- dije.
-Eso no se pregunta cielo, se afirma- dijo.
-Ok, pues hasta mañana gordi- dije.
-Adiós cielo- dijo el.

Colgué el telefon y me estendí sobre mi cama, y entonces, otra vez pasó, esas jodidas voces en mi cabeza, me iba volver loca, no sabía porque me pasaba eso a mi, y me daba miedo contarlo, me tratarían por una lunatica. Y todavía con esas voces en cabeza, me dormí, con la ropa de ayer, y ni siquiera sin cenar.

Desperté en el sofá del salon de mi casa, serían las 6:23, si, ahora lo recordé, ayer tenían que pintar mi habitación, supongo que por eso estoy aquí. Me dirigí a mi cuarto y prepare todo lo preparable para el instituto. Me pegué una ducha casi instantánea, y me puse unos vaqueros rasgados, unas converses blancas, una camiseta de tirantes blanca, y una chaqueta de estas de Béisbol azul y blanca que se llevan tanto ahora. Me hice una coleta alta y busqué mi gorra, pero nada de nada, entré a mi cuarto, que por cierto, había quedado preciosa, realmente, mi madre había buscado un muy buen pintor.

Preciosa, rebusqué por todos lados, y nada, ni una señal de las gorras, luego recordé que las había dejado fuera de la habitación, en una bolsa, salí nuevamente pero la bolsa no estaba allí, revolví el piso entero, cosa que hizo despertar a mi madre.

-Cariño ¿que haces?- preguntó mientras yo movía el sofa.

-Mama ¿Has visto mis gorras?- pregunté.

-No- dijo ella.

-Estaban en una bolsa verde de plastico, al lado de la puerta de mi habitación- le expliqué.

-Oh...- dijo yo, como preocupada -Creo que ayer las mandé tirar pensando que era basura- dijo muy bajito.

-¿¡QUE!?- chillé, no, no me podía presentar en el colegio sin mi gorra, que vergüenza por dios -No, dios mama, no sabes lo que has echo- dije casi llorando.

-Lo siento mi vida, no sabía que eran tus gorras- dijo ella lamentándose.

-No puedo ir al instituto sin mi gorra- dije sentándome sobre el sofá, muy desanimada.

-Claro que puedes, si eres preciosa, no se porque siempre te vas tapando la cara con esas horribles gorras- dijo ella acariciándome la espalda.

-¿Sabes que?- dije en plan borde y levantándome -Bah, da igual, tampoco lo entenderías- dije cogiendo mi mochila del suelo y cerrando la puerta de mi casa con un portazo.

Se que estuvo mal mi actitud, porque estaba mas que claro que no lo había echo a propósito, pero me daba rabia, le había explicado cientos de  veces mi problema en el instituto, y ella empeñada en que fuese sin gorras por que era guapa, me daba igual ser guapa o ser la persona mas horrible del mundo, eso me daba exactamente igual, yo solo quería pasar desapercibida, y después de estar 6 años con la cara tapada, seguro que hoy, desapercibida no iba a pasar. Llegué al instituto prácticamente corriendo, tarde, para variar, suspiré muy profundamente antes de entrar a la clase, piqué a la puerta y pasé, al parecer la profesora no se dio cuenta de que era yo la que estaba en la puerta.

-¿Puedo ayudarle?- preguntó mi profesora de historia.

-Lo siento profe- dije yéndome hacia mi asiento, al lado de Marco, obviamente.

Mientras me dirigía a mi sitio con la cabeza baja para no ver las caras de mis compañeros, noté miradas de sorpresa sobre mi, y podía oír comentarios como: "En serio esa es Sky?" o "Dios, no pensaba que Sky estaba tan buena", me esperaba un laaaaaargo día. Dejé mi mochila en el respaldo de la silla y me senté, la profesora aun me miraba raro, y luego reaccionó, al parecer se dio cuenta de que era yo, Marco me dijo:

-Wow baby, estas genial- dijo el, Marco ya me había visto sin gorra, pero aun así se sorprendía.

-Cállate- le dije pegando le un golpe en el hombro.

-¿Y tus gorras?- preguntó el.

-En la basura- dije yo renegando.

-Ha ha ha- se le escapó una carcajada, que por suerte, la profe no oyó -¿Las has tirado?- preguntó.

-No soy tan masoca- dije -Ha sido mi madre, las metí en una bolsa para que el pintor no las manchara y mi madre las confundió con basura, y las tiró- dije muy enfadada.

-Seguro que te sale novio, eres preciosa- me dijo el.

-Te he dicho ya que te calles Marco- dije yo.

-Ha ha ha- volvió a reír -Pero no te cabrees, si es la verdad- dijo el en tono gracioso.

-Pues no digas nada mas- dije yo.

Pasamos nuestras 6 horas respectivas, Marco y yo, la verdad es que Marco era extremadamente guapo y sexy, si no fuese por que es gay, tendría a cualquier chica a sus pies, estaba buenísimo, y cuando llegó al insti, medio campus se le declaró, pero toas quedaron mal, cuando el, con toda la naturalidad del mundo les dijo que era gay, y allí lo marginaron, como a mi, pero bueno, tal vez sea una marginada, pero tengo cerebro, no como las imbéciles de mi clase. Salimos de clase Marco y yo, ya me había acostumbrado a las miradas de mis compañeros, pasé por delante de un grupo de chicos dos años mas mayores que yo, y uno me silbó, oí como otro decía: "¿Tienes Facebook, guapa?" Yo solo los miré con cara de asco, al parecer, ninguno se había dado cuenta de que yo era la friki de las gorras, serán imbéciles. Marco y yo íbamos por nuestro camino hacia la puerta de salida del instituto, cuando me paró Lia, la "popu" por así decirlo, de la clase, y la novia del que me había silbado anteriormente.

-¿Que intentas?- preguntó con superioridad -No eres nadie, así que vuélvete a tu mundo de gorritas y deja de ser quien no eres ¿vale?- dijo con prepotencia.

Ella seguía hablando y cada vez los insultos hacia mi iban a peor, o se callaba o de un momento a otro saltaría encima de ella y le arrancaría la cabeza de cuajo, apretaba mis puños con fuerza de la rabia que me consumía. Pero la gota que colmó el vaso fue su comentario hacia mi amigo "Si te paseas con un maricón de mierda..." ¿Maricón de mierda? Mas te gustaría a ti pillar a este maricón de mierda como tu le llamas. Sentía un calor tremendo sobre mi cuerpo, creía que estallaría, tenía tanto odio y rabia en mi interior que creía que mis manos reventarían de la fuerza con la cual las estaba apretando. En ese momento, todos los cristales del pasillo rebentaron, haciendo que la alrama de incendios saltase y los aspersores, haciendo que todo el mundo que había en los pasillos entrase en histeria, y hubiese miles de gritos y de personas corriendo por todos lados. No se, porqué, llamadme loca, a veces hasta yo me lo creo, pero se que que fui quien hizo petar los cristales, no se como, no se porqué, se que es una locura, pero también me jugaría mi vida a que fui yo. Yo solo salí corriendo de allí, corrí y corrí hasta llegar a la puerta de entrada, y de allí, toda empapada a causa de los aspersores, corrí hasta mi casa, olvidando que había dejado a Marco allí solo a dos velas, llegué temblando a mi casa, con las manos temblorosas entré a mi casa, allí estaba mi madre, me miró de reojo, y devolvió su mirada a la tele:


-¿Que tal el día hija?- preguntó.


Pero yo no respondí, solo subí corriendo a mi habitación, cerré la puerta ante mi, y me dejé caer sobre la cama, con lagrimas en los ojos, era tan frustrante sentirte tan diferente al resto... Y mas aun si no tenías a nadie que fuese como tu para contárselo, ya  que si le contaba a una persona normal lo que me había pasado hoy, me tomaría por lunática. Solo quería desaparecer, y perderme, escuché como mi Blackberry lila sonaba sin parar, la cogí aun estirada en mi cama, era Marco ¿Quien sino? El era el único que tenía mi número, no quería hablar con nadie, la dejé sobre la mesita, sabía que el no se enfadaría, le diría que me clavé un trozo de cristal o algo así, y que tuve que salir corriendo, obviamente, el no sabía nada de mis "rarezas" porque, por muy bien que me entendiese, seguía siendo una persona normal, y aquí la rara, era yo, no el.