Capítulo 5: Jet Lag.

Maratón [2/6]

Me despertaron unos golpecitos en mi hombro por parte del chico moreno, me dijo que ya estábamos en el aeropuerto. Bajé del coche, y vi que era completamente de noche, salí del coche con mi mochila a hombros, y mi pesada maleta era transportada por Trevor, el chico castaño. Pasamos por controles, personas... Y todos esos rollos raros, y subimos al jet los tres. Entonces vino una azafata, se sentó a mi lado y me explicó cosas que una persona normal no creería, pero yo no soy normal, ahora se lo que soy. Al parecer, nos hacen llamar mutantes, y somos personas con dotaciones que pocos humanos tienen tal vez unos 3000 en todo el mundo. Me contó que había de varias clases, y que yo de momento era de clase 6, me contó que en Hooligan's solo había 5 personas de clase 6 en todo el mundo, y esas 5 estaban en Hooligan's, una era el director, otra un profesor, y las otras 3 eran chavales jóvenes, me dijo que mas o menos de mi edad, o tal vez un poco mas mayores. Parecía un cuento, no me lo podía creer, pero ahora, esa era mi realidad. El avión despegó y miré por última vez la ciudad en la que había vivido mi vida durante estos últimos 6 años, iluminada por las luces que le daban vida. Al parecer me quedé dormida, pero a las 4 horas fui despertada otra vez, por esa azafata, miré por mi ventana y me dí cuenta que debajo mío se extendía el enorme manto azul del Atlántico, el avión había despegado a las 21:03 de la noche en el Aeropuerto de Nueva York, así que llegaríamos a Londres a las 3 de la madrugada, pero si tenemos en cuenta el cambio horario, allí serían las 8:03, un lío flipante, lo sé, pero bueno, la azafata me despertó.


-Perdona Skylar, pero Ronald y Trevor me han dicho que despierte, porque ellos te tenían que dar una cosa- me dijo.


Yo solo me froté los ojos para intentar ver mejor, ya que por haber estado durmiendo, los tenía entrecerrados y me costaba abrirlos.


-¿Donde están?- pregunté.
-Ven conmigo- dijo la azafata.


Me levanté de mi cómodo asiento y la seguí hasta otro compartimento, y allí estaban Ronald (Castaño) y Trevor (Rubio). Con un paquete bastante grande, una caja de cartón, con agujeros medianos, y un lazo rojo encima, ambos en notar mi presencia se giraron a verme. Yo me acerqué a ellos quedándome en frente de Ronald.


-¿Te hemos despertado?- dijo Ronald.
-Solo un poco- dije, y ellos rieron, yo solo sonreí.
-Tenemos un regalito para ti- dijo Trevor ¿Un regalo? ¿Y para mí? ¿Que sería? Trevor y Ronald me señalaron la caja, y yo me dirigí a ella.


Primero le quité el lazo rojo, y lo dejé en el suelo, y con cuidado quité la tapa, y dentro vi un precioso Golden Retriever de color miel claro, dios, que cucada, era monísimo, lo saqué de la caja, y me lo puse en las rodillas y con una sonrisa les miré.


-No hacía falta- dije acariciando a mi perrito.
-No crece mas de eso- dijo Ronald -Solo tiene un mes, y como sabemos que te gustan los animales...- volvió a hablar el.
-¿Lo sabíais?- pregunté sorprendida.
-Lo sabemos casi todo de ti ¿No ves que te llevamos protegiendo 4 años?- dijo Trevor sonriente.
-Muchas gracias a los 2, en serio- les dije levantándome del suelo.
-Te teníamos que recompensar el haberte sacado así de tu casa- dijo Ronald.


"... haberte sacado así de tu casa" Oh, no, ¿Y que pasará con mis padres ahora? ¿Y con Marco? No quería pensar nada malo, pero si ellos veían que no aparecía llamarían a la policía, y clarisimamente denunciarían mi desaparición, y me enviarían a casa otra vez, debía hablar con los chicos de esto, me tenían que ayudar.


-¿Que pasará con mis padres ahora?- dije yo, levantándome con el cachorro en brazos.
-Ya les hemos enviado un comunicado, y el lunes tendrán una reunión con el directivo de Hooligan's- dijo Trevor.
-¿Podré llamar a mi amigo?- pregunté.
-Lo siento Sky- dijo Ronald -Pero durante un largo tiempo tendrás que estar sin comunicarte con nadie del exterior- me dijo -No nos podemos arriesgar a que Adam vuelva a encontrar tu rastro-.
-Aunque encuentre el rastro no se atreverá a acercarse a Hooligan's- dijo Trevor hojeando un periódico, un poco raro.
-Lo se- dijo Ronald -pero es mejor esperar- repitió.
-Sky ve a seguir durmiendo si quieres- dijo Ronald.
-No creo que duerma, pero voy a pensar un nombre para esta cosita tan bonita de aquí- dije señalando al cachorro.


Y dicho eso salí de allí para sentarme en mi asiento, y estar jugueteando con mi cachorro, era macho, así que decidí llamarlo Symon (se pronuncia saimon) y le puse el collar que me habían dado junto con el perro. Tras varias horas de jugueteo, el avión nuevamente aterrizó, Trevor me trajo una bolsa, de estas para perros, Symon era muy chiquitito cabía en esa bolsa, la cargué y también cargué mi mochila hasta otro coche igual al Hummer de Nueva York, me subí y Trevor puso mi maleta en el maletero. Durante una media hora hubo un trayecto en silencio por parte de los tres, llegamos al puerto, y pude ver una isla, Trevor me dijo que eso, era Hooligan's se veía como un tipo de castillo enorme, que ocupaba gran parte del islote, y nos montamos en un ferry super lujoso. Decidí cambiarme, ya que llevaba la ropa que en teoría iba a usar de pijama, me puse unos leggins negros, unos botines marrones, una camiseta sin hombro gris, y un cinturón marrón acompañando a los botines, salí del baño del ferry, y ví que habíamos llegado, los nervios me comían viva ¿Y si aquí tampoco era bien aceptada? No quería sentir el rechazo otra vez, me daba miedo, pero ya, no había vuelta atrás.