viernes, 30 de diciembre de 2011

Capítulo 12: You're so special, you're my best friend.

Maratón [2/8]
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Íbamos a travesando los pasillos, pero en busca de la enfermería, en un lugar, iba a torcer a la derecha, pero “Don Perfecto” me corrigió.

-No es por ahí- dijo, con una voz muy diferente a la del otro día, parecía amigable y todo.

Yo solo me giré y fui hacia la izquierda, pero otra vez, casi me caigo, si no llega a ser por tercera vez consecutiva por Jason, pero esta vez me agarró de la cintura. Toda la piel se me erizó y un escalofrío recorrió mi cuerpo entero. Recordé lo mal que me había tratado el otro día, no quería su ayuda. Como pude me solté de el, y apoyándome en las paredes, fui andando mientras le hablé.

-Puedo sola- dije jadeando, me encontraba mucho peor que fatal.
-¿En serio?- me dijo en tono sarcástico.

No podía mas, no me aguantaba en pie, no sentía ninguna parte de mi cuerpo, y un frío helador me recorría todo el cuerpo, sin darme cuenta me desplomé en el suelo, y desde ese momento, no recuerdo nada.

Narra Jason:
Vi como Sky se desmayó, sin dudarlo un segundo la cogí en brazos, le pase una mano por sus piernas y la otra por su espalda, tenía el cuerpo helado, pero como pude le toqué la frente y la tenía ardiendo. No se porque me preocupaba por ella, pero sentía la necesidad dentro de mi de hacerlo. Y así, la logré llevar hasta la enfermería, varios chavales se cruzaron conmigo, y se me quedaron mirando, pobre de el que metiese mierda… Llegué a la enfermería, y en la recepción nada mas verme, con una chica inconsciente en mis brazos, la enfermera se alarmó.

-¡Dios Santo!- dijo la enfermera -¿Qué le ha pasado?- dijo ella abriéndome la puerta para que pasase al interior.
-Se ha desmayado- dije mientras con mucho cuidado, la pasaba a través de la puerta para no darle en la cabeza.
-Túmbala en esa camilla- dijo la mujer señalándome una camilla junto a la ventana que daba al lago de la isla.

 Y eso hice, la dejé sobre la camilla, y mientras la mujer le inspeccionaba, y le inyectaba un líquido, me mareó a preguntas.

-¿Es tu novia?- preguntó la mujer.
-¡NO!- lo dije demasiado alto ¿pero que se creía esta señora?
-No me comas hijo…- dijo riendo –Solo lo he preguntado porque lo parecéis- dijo.
-No- volví a repetírselo por si no le había quedado claro –Solo es la hermana de mi amigo, y la he acompañado- mejor aclarar las cosas, la mujer solo me sonrió.
-En unos minutos despertará, cuando lo haga, avísame ¿si?- dijo la mujer, yo solo asentí con la cabeza.
Ahora que tenía tiempo la examiné al punto. Tenía un largo pelo rubio recogido en una coleta alta que le quedaba muy bien, la niña era muy guapa, guapísima, era preciosa. Tenía las facciones muy fina y bien definidas, ahora sus ojos no eran visibles, pero los tenía hermosos, de un azul cielo intenso, que hacía que cada vez que los miraba, me gustasen más sus ojos. Tenía los labios gruesos y muy bien definidos. De cuerpo no estaba mal, no era muy alta, pero estaba bien repartida, tenía curvas, y estaba delgada. La chica perfecta para cualquier chico, y extrañamente para mi también lo era. Pero me daba miedo, me daba miedo acercarme a cualquier chica, pero ella tenía algo que cada vez que la miraba hacía que me embobase que entrase en mi mundo, o mejor dicho, en su mundo, y me costase horrores salir de el. Poco a poco ví como se movía, y lentamente abría sus ojos para dejar al descubierto ese azul tan intenso que desmantelaba mi cabeza.

-Mi cabeza…- se llevó la mano a la cabeza, y luego me miró -¿Qué me ha pasado?- preguntó con voz rota.
-Te has desmayado- intenté sonar lo mas amable posible, difícil en mi, ya que mi tono borde desde que lo dejé con Selena, era el natural.
-¿Me has traído tu?- preguntó algo sorprendida, pero con voz débil.
-¿Ves a alguien mas por aquí?- le dije, era obvio que había sido yo ¿Quién si no? ¿Ah? Ella solo negó con la cabeza.

Me elvanté de la silla y salí a fuera a avisar a la enfermera, y enseguida entró la mujer con un vaso de agua y un sobre, y un termómetro en la mano. Se acercó a Sky, y le puso la mano en la frente, y mientras le preparaba el sobre con el agua, le habló.

-Dime, cielo ¿Has comido algo hoy?- le preguntó a Sky.
-No- dijo ella.
-¿Nada?- le preguntó un poco asombrada, y ella negó con la cabeza.
-Ya veo el problema- dijo la enfermera -Tu que eres muy poquita cosa, muy delgada, y con los cambios y todo, y si encima no comes nada...- dijo terminando el brebaje y se lo dio -Bébetelo, y cuando estés te traigo unos papeles y te podrás ir ¿vale?- Sky cogió el vaso de agua, y asintió con la cabeza -Ah, mañana será mejor que no vayas a clases en todo el día ¿si? se lo comunicaré a tu tutor- y salió, pero se detuvo un poco antes de llegar a la puerta -Procura que este chico tan amable te acompañe a tu cuarto para que no te marees ¿te importa hijo?- le miré, y me miraba con una sonrisa de suplica.
-Claro que no- sonreí para mostrarle confianza, ella solo me devolvió la sonrisa y se fue para a fuera.


Yo la miré a ella, tenía mala cara, muy mala cara. Poco a poco se levantó de la cama apoyándose en ella. Me levanté para ayudarla, pero no me dejó, otra vez.


-¿Es que no ves que sola no puedes?- le repetí, al parecer era mas cabezona de lo que parecía.


No me imaginaba que ella fuese así, parecía otra rubia tonta de esas guarras, las típicas de este colegio, pero era diferente. Al final aceptó, y pude ayudarla.


Narra Sky:
No ganaba nada alejándome de el, necesitaba ayuda si o si, a si que no me negué mas y acepté. Pasó un brazo mio por sus hombros, aunque se tuve que agachar bastante, porque yo era bastante mas baja que el, y después, el pasó un brazo por su cintura, me sonrojé, no se porque, sencillamente pasó, y así, andamos hasta a fuera, el recogió el papel y anduvimos por los pasillos y por el jardín en silencio hasta llegar a la puerta de la torre Sur. Allí, teníamos que subir las escaleras, me apegó mas a el, ya que notó cierta flaqueza en mis piernas, por suerte para mi, ya no había nadie en los pasillos, me encontraba muy mal, pero me sentía bien, no se, nunca nadie se había preocupado por mi, y mucho menos un chico tan guapo cono lo era Jason. Llegamos a mi planta, conseguí que voz sonara lo bastante alta como para que me escuchase, y mira que estábamos cerca.


-Puedes soltarme, mi habitación esta cerca- conseguí decir, aunque en realidad, no quería que me soltase.
-No- dijo el, volvía su expresión seria -Vamos- dijo empezando a caminar -¿Que habitación es?- preguntó el.
-4314- dije yo, y siguió su caminata conmigo casi a cuestas hasta mi habitación, y picó dos veces en la puerta.


Lorraine no preguntó quien era y se limitó a abrir, pero, puso una cara de sorpresa flipante en ver la escena que tenía delante suyo, yo casi colgada de Jason y el manteniendo-me muy fuerte pegada a el, me sonrojé un poco, ella se apartó de la puerta, y el me entró a la habitación, y me ayudó a sentarme en la cama. Coloqué mi mano sobre mi frente, y miré al suelo, estaba avergonzada.


-Gracias- le dije, con un tono de voz muy débil.
-De nada- dijo el, y despareció de la habitación, no sin antes echar un ultimo vistazo a ella.


Oí como se cerró la puerta, y Lorraine corriendo vino a mi lado. Me tumbé en la cama, me encontraba fatal.


-¿Como estas?- me preguntó.
-Fatal- con Lorraine podía ser sincera.
-Se que no te apetece hablar de ello, ya me contarás- en realidad quería contárselo, me hacía bien hablar con ella, así, a lo mejor, se me pasaba un poco.
-Tranquila, si me apetece, así a lo mejor, se me pasa- dije yo, intentando sonreír, pero fue en vano.
-No hace falta- me dijo ella con una sonrisa.
-En serio, tranquila Lorraine- suspiré un par de veces, y me acomodé bien en mi cama -Pues yendo para la enfermería casi me caigo un par de veces, pero cuando Jason me ha ayudado, pues le he dicho que no me ayude, y me he ido yo sola, pero al parecer me he desmayado, y cuando me he despertado estaba en la enfermería, cuando hemos salido, me ha ayudado a venir para que no me caiga otra vez, y esta no me he negado, me encontraba demasiado mal como para hacerlo- le expliqué.
-Te envidio, en serio- me dijo ella riendo.
-¿Porque?- pregunté algo mareada.
-Por nada, da igual, descansa- dijo ella.


Ahora no me iba a negar, me acurruqué en mi cama, y cuando estaba a punto de dormirme, me despertó el sonido de la puerta. No abrí los ojos, Lorraine fue a abrir ya que estaba en su cama con el portátil, y entró en la habitación alguien, yo abrí los ojos, y vi que era Trevor quien estaba aquí.


-¿Como estas?- me preguntó.
-Bueno...- dije, con tono débil, frotándome los ojos.
-Tomate esto cada 8 horas durante dos días ¿si?- dijo mientras dejaba unas pastillas sobre mi mesilla de noche, asentí con la cabeza.
-Ah, otra cosa, ya te hemos desbloqueado la linia, podrás llamar a tu amigo Marco- dijo sonriendo Trevor.


¿Me habían bloqueado la linia? Y yo sin enterarme, pensé en mis padres ¿También podría hablar con ellos?


-¿Podré hablar con mis padres?- le pregunté.
-Si- me dijo el -Ya les hemos informado de lo que pasó, y esta todo perfecto, pero ahora descansa ¿vale?- me dijo Trevor.
-Tranquilo, lo haré- dije volviendo a acurrucar en mi cama.


Ahora si que podía dormir tranquila, me tomé una de esas pastillas con saber a miel y limon, y me quedé profundamente dormida, cuando me despertase, lo primero que haría sería llamar a Marco.


Me desperté sobre las 10 de la mañana, Lorraine ya sabía que yo hoy no iría a las clases, por lo que me dejó dormir. Decidí darme una ducha, y quitarme el uniforme, lo guardé en una percha en mi armario de puerta corredera, y luego entré en el baño para seguidamente darme una agradable y confortable duche, me sentía bastante mejor que el día anterior. Salí de la ducha con mi pelo enrollado en una toalla blanca, me puse un short gris de chándal corto, y una camiseta blanca de tirantes, con unas victorias blancas. Era para estar por la habitación, no había problema, ademas, si salia así no pasaba nada, casi todas las niñas iban mas o menos así, menos las pijas, me fije el día que llegué. Hice mi cama, y recordé las pastillas, me tomé una, y eso, a la vez, me hizo recordar a mi Marquito. Corriendo me acerqué a mi mochila que estaba en una esquina del escalón de madera, y rebusqué en el bolsillo mi BlackBerry, 9 llamadas perdidas de Marco, no sabía como el iba a reaccionar, algo sabría porque si no, Trevor no lo habría mencionado, pero no estaba 100% segura de si contarle o no, decidí hacerlo. Busqué en la agenda telefónica su numero, no era muy difícil ya que tenía muy pocos contactos, encontré el suyo, y marqué el botón verde, sentada en mi cama mientras oía sonar los pitidos en mi oreja, al fin, su voz sonó al otro lado del teléfono.


-¿Si?- En serio ¿la gente no sabe que se mira el contacto en el móvil cuando alguien de quien tienes su numero llama?.
-¿Marco?- pregunté si era el, pero era obvio que era el.
-Me debes una explicación ¿no?- preguntó el con tono muy serio, oh no, estaba cabreado y mucho.
-Lo siento...- dije yo, me volví débil, y una lagrima se me escapó, le echaba mucho de menos, y ahora que escuchaba su voz, mas aun. 
-Que es broma tonta- y se echó a reir, pero otra lagrima cayó por mi mejilla, era mi mejor amigo de siempre.
-¿Ya lo sabes todo?- le pregunté entre lagrimas.
-Si, pero no llores cielo- me dijo.
-Te echo de menos- mucho, no sabía cuanto.
-Y yo, pero sabes mejor que nadie que te tienes que quedar allí- dijo.
-Lo se, pero aun así, te extraño, me siento como si te hubiese traicionado- dije, y era cierto.
-¿Que?- preguntó como sorprendido -No digas tonterías- me dijo algo severo.
-Pero te he dejado solo- le dije.
-No, siempre estoy contigo, y tu siempre estas conmigo, y lo sabes- me dijo el, y una sonrisa se me escapó a pesar de las lagrimas que caían por mi mejilla -Y dime ¿Que tal es la gente de por allí? ¿Se portan bien contigo?- me preguntó interesado.
-Si, son todos muy buenos conmigo, y aquí voy sin gorra- solté una pequeña risa, y me sequé las lagrimas de mis ojos, el rió al otro lado del teléfono.
-¿Hay algún chico?- preguntó con voz pícara.
-No- dije y era cierto, solo que varios me parecían guapos, pero nada mas.
-¿No hay ninguno al que le hayas echado el ojo?- me preguntó.
-Hay chicos muy guapos, como por ejemplo, los amigos de mi hermano- le dije.
-Me tienes que presentar a tu hermano- me dijo el.
-Lo haré, no te preocupes- le dije.
-¿En serio no le has echado el ojo a ninguno?- me preguntó, cuando quería, podía ser el mas pesado del mundo, solo me había fijado en uno, pero solo le veía guapo, nada mas.
-Solo hay uno al que considero guapo, pero nada mas- dije, sabía que ahora vendría el cuestionario que me hacía cada vez que le decía que un chico, era guapo. Me levanté y abrí mi armario para buscar algo de comer en mi armario.
-¿Como se llama? ¿Esta bueno? Cuenta, cuenta- dijo el.
-Se llama Jason- dije pegando-le un bocado a un trozo de mi barrita de chocolate, y sentándome en mi cama.
-¿Cuantos años tiene?- me preguntó.
-No se- dije, y era cierto, no tenía ni idea, pero mas que yo seguro, o al menos, eso aparentaba.
-¿Como que no lo sabes? Para algo existe Facebook- dijo el alarmado -¿Es simpático?- me preguntó.
-No- dije, y le pegué otro bocado a la barrita -Es un borde, y me cae mal, nunca habla con chicas, y es el mejor amigo de mi hermano- dijo el.
-O sea, te cae mal ¿Y te gusta?- me preguntó -Eres la chica mas rara que conozco- me dijo extrañado y riendo.
-No me gusta- le dije, y me acabé la barrita -Solo que lo veo guapo, nada mas- le aclaré las cosas.
-Ya claro, tu espera pequeña- dijo el.
-Tonto- reí yo -Vete a dormir ya, que mañana no me rindes en el insti, y te castigan por dormirte en la clase, se lo dicen a tu madre, y ella te quita el IPhone, y yo me quedo sin hablar contigo- ¿No os lo había dicho? Soy la reina de las paranoias raras, me encantaba montarme películas yo sola, ha ha.
-Vale mama- dijo el con voz de niño pequeño, y ambos reímos.
-Te quiero mucho gorda- dijo el.
-Y yo amor, hasta luego- dije, y le hice el sonido de un beso, y el a mi otro, y entre risas, colgué el teléfono.


Dejé la BlackBerry sobre la mesa, y luego fui a la parte de la pared donde tenía puesta una foto mía y de Marco, el me cogía a caballito, coscoletas... Como queráis llamarlo, la cosa es que yo estaba encima suyo. Yo llevaba puesto mis Vans negras, un short tejano de tiro alto, y una camiseta sin mangas de palabra de honor blanca, con el pelo recogido en un moño, con un lazo blanco, si, no es el mejor estilo, pero es mi estilo. Marco llevaba en la foto el pelo largo, aunque actualmente lo lleva bastante mas corto, llevaba una camiseta blanca, y unos tejanos, simple, pero guapo, ya lo sabeis, Marco era guapísimo.


Me estiré en la cama ya mas feliz, mas contenta, sabía que contaba con todo el poyo de Marco en esto, y que el no diría nada a nadie, le quería mucho, era me mejor amigo de siempre, y lo seguiría siendo hasta el final de los tiempos.

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Att;Nerea Camacho